L’hàbit no fa el monjo

2017


Instalación formada por 196 entradas de papel de la Fundación Joan Miró

170 x 190 cm

Obra premiada con el accesito del premio Julio Antonio de Escultura, en el marco de la Biennal d’Art de Tarragona 2017.

Para la mayoría de gente, ver una obra de Joan Miró es un placer con el que deleitarse puntualmente a lo largo de su vida. Así mismo, para un trabajador de la Fundación Joan Miró de Barcelona o cualquier otro museo acaban siendo parte de su rutina, llegando a pasar por delante sin tan solo mirarlo. Se ha producido una desactivación de las obras con las cuales cohabita el trabajador de un espacio de arte contemporáneo. Simultáneamente, y cada vez más, la indiferencia del espectador crece como consecuencia causa de la fatiga producida por el bombardeo constante de imágenes de la sociedad actual. El hábito no hace al monje es el resultado de mi estancia laboral en la Fundación Miró que, a pesar ser un juego inocente al principio, casi coleccionista, ha acabado materializándose en una instalación escultórica que pone de manifiesto la pasividad delante de la sobrecarga de información en la sociedad actual. Las 196 entradas que conserve día tras día durante mi periodo laboral en este espacio museístico se han convertido en una reflexión que visualiza como el contacto constante, ya sea laboral o de otra índole, con obras de arte consideradas emblemáticas y universales pueden perder su función original y desactivarse. Por lo tanto, el hábito, en cualquiera de los dos significados que plantea el termino, entendido como la acción diaria de contemplar los cuadros de Joan Miró, no ha hecho que los pueda apreciar como piezas trascendentales de la historia del arte, sino que se han convertido en una parte más de la Fundación. Las he desactivado voluntariamente, el hábito no ha hecho al monje porque no siento “placer al verlas” tal como creen los visitantes. Ya no soy un adepto sino un simple cohabitante de un mismo espacio.